martes, 28 de mayo de 2013

¡30 INSPECTORES PARA 50 000 EMPRESAS!


UNA FARSA, LA SEMANA DE SEGURIDAD 
Mensaje dirigido a los obreros y obreras asistentes a la inauguración de la Semana de Seguridad e Higiene Industrial que cada año realizan el Gobierno del Estado, las autoridades estatales y federales del Trabajo y de Salud:
27 de mayo de 2013                                                                                                            
 Electrocutados, caídos, aplastados por materiales y equipo, sepultados en derrumbes de tierras o de losas, son sólo algunas de las maneras en que más de cien trabajadores al año mueren en la industria de la construcción en Nuevo León, dejando desprotegidas a sus familias. Además, están los cientos de heridos, mutilados, etc.
 Esta situación se repite día con día y año tras año, a pesar de que el primer responsable del Estado, el Gobernador Lic. Rodrigo Medina de la Cruz y su Secretario de Trabajo, el Lic. Héctor Julián Morales Rivera, están perfectamente informados de ella, al igual que los delegados federales del IMSS,  el Ing. Jorge Luis Hinojosa Moreno y el de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, Lic. Mayela Ma de Lourdes Quiroga Tamez.
 La razón de que las cosas sigan igual o peor para los trabajadores de la obra es que a estos altos funcionarios públicos NO les interesa la suerte que corran estos esclavos asalariados, al fin que hay muchos, salen baratos los entierros y las indemnizaciones, pero sobre todo, se les pueden sustituir fácilmente para que continúen las edificaciones ya que son muchos los que están afuera sin empleo.
 A estos altos funcionarios les interesa fundamentalmente cumplir con la clase social que los puso ahí: los señores patrones capitalistas, de tal manera que se desviven por no quedarles mal. Pero tienen que cuidarse de no hacer esta sucia tarea de manera descarada, cínica, sino que la disfrazan, haciéndose pasar como defensores de los trabajadores y organizando farsas como es ésta, de la Semana Estatal de Seguridad y Salud en el Trabajo. Si lo hicieran de manera abierta, se enfrentarían a la justa indignación y furia de los trabajadores y de sus familias, así que recurren al engaño aprovechándose macabramente de la confianza, la necesidad y la ignorancia de los trabajadores pobres.
 Lo real es que el Gobierno no cumple con su obligación formal de hacer que los patrones respeten la Ley Federal del Trabajo, las normas oficiales mexicanas sobre seguridad así como los convenios internacionales que ha firmado el Gobierno mexicano y por eso:

a)      el número de inspectores de trabajo es ridículo (alrededor de 30 para supervisar a más de 50 mil empresas en el Estado) y cuando llegan a hacer inspecciones, las realizan de manera superficial, con la estricta instrucción de que no castiguen al capitalista infractor, sino que lo traten de convencer con suaves palabras de que hace mal al no obedecer la Ley;
b)      Alrededor de 150 mil obreros de la construcción desafían diariamente a la muerte, al verse obligados a trabajar en las trampas mortales que son las obras, sin más protección que las bendiciones de sus esposas.
c)       En las obras públicas no condicionan los contratos a que los patrones observen las medidas de prevención de riesgos, que todos los trabajadores estén dados de alta en el IMSS, entre otras muchas cosas.
d)       en prácticamente NINGUNA  empresa constructora existe ni siquiera una sola Comisión Mixta de Seguridad e Higiene, ni se les obliga a capacitar regular y permanentemente a sus trabajadores en medidas de prevención de riesgos.
e)          Las autoridades no dan a las “Cruces” roja y verde  la rigurosa indicación de que todo siniestrado en cualquier centro de trabajo, debe ser trasladado a las clínicas del Seguro Social, independientemente de que esté o no registrado en el Seguro  (en la industria de la construcción decenas de miles de trabajadores NO tienen  seguro social).
f)       No hay castigo penal ni fuertes sanciones económicas para los patrones y funcionarios públicos negligentes.
g)      No hay una exhibición pública de las empresas o patrones capitalistas más criminales.
h)      No se utiliza la televisión para hacer campaña permanente sobre prevención de riesgos de trabajo en horarios de mayor audiencia y por los canales más vistos.
i)        No existe ni se promueve a nivel local ni federal una Ley de Prevención de Riesgos, que refleje el genuino interés de proteger y garantizar la vida, la salud y la seguridad de los trabajadores en los centros de trabajo, como lo manda la Ley.

Ustedes, estimados obreros fabriles asistentes a esta farsa anual, están relativamente bien en lo que se refiere a la seguridad industrial, comparados con los obreros de la construcción y con cientos de miles de obreras y obreros que laboran en otras fábricas, talleres y comercios, por lo que les hacemos un llamado a fijarse, a interesarse y preocuparse por estos obreros menos organizados y menos concientes que Ustedes, que apoyen su lucha, que es nuestra, por exigir y obligar al hipócrita Gobierno a que no se haga de la vista gorda ante los crímenes y homicidios laborales cometidos por los capitalistas negligentes que lastiman, dañan, angustian y hacen sufrir a estos trabajadores y sus familias. Y todo este espanto sin fin, derivado del afán egoísta, ambicioso de los empresarios capitalistas de obtener lo máximo de ganancias, sacrificando a las y los obreros a su único y verdadero Dios: el dinero.
 Nuestra Asociación Civil “Tierra y Libertad” (NO CONFUNDIR CON EL PARTIDO DEL TRABAJO) tiene 40 años  de servir a los trabajadores pobres porque, aunque sus líderes somos profesionistas universitarios (trabajadores intelectuales),  estamos convencidos que la clase obrera y el campesinado pobre (trabajadores manuales) son la base, la fuerza motriz que desarrolla a un país.
Tierra y Libertad A.C.:                         Radio Tierra y Libertad:         Partido Obrero Rojo
Alicia de León Espinoza       Sria. General         Héctor Camero Haro       Gilfredo VerdugoC.
Modesta López Segovia     Sria. Tesorera                      Director                  Secretario General 
Ignacio Staines Orozco       Asesor                                                            

jueves, 9 de mayo de 2013

Apareció el bebé; la vergüenza no


El Hospital Metropolitano es llamado en Monterrey “El hospital de los pobres”. El antiguo Hospital Civil, luego Hospital Universitario, prácticamente ha sido privatizado: el costo de las consultas, del internamiento y de los procedimientos quirúrgicos se tasa a partir de la comparación con los precios de los grandes hospitales privados de la ciudad y sólo es opción para los enfermos pobres cuando el servicio requerido no lo proporciona el Metropolitano.
Desde luego, siempre es posible solicitar un descuento, pero quien lo requiera debe estar dispuesto a renunciar a cualquier intento de defensa de su dignidad y aún de su intimidad, lo que aún así no le salva de tener que caer en las garras de los agiotistas que pululan en los alrededores del hospital.
El problema con el Metropolitano es que atendiendo a una población muy semejante, recibe apenas poco más de la mitad del presupuesto del Universitario. En 2012, el presupuesto de este  último fue de 940 millones de pesos, mientras que al Metro solo se le asignaron 495 millones. La insuficiencia de recursos se refleja en múltiples deficiencias, algunas de ellas expuestas en repetidas ocasiones por los medios de difusión capitalistas de la ciudad.
El escandaloso robo de un recién nacido extraído de los cuneros del sexto piso, ha sido la última muestra de  las graves carencias y deficiencias de este hospital; sin embargo, el titular de la Secretaría de Salud, Dr. Jesús Zacarías Villarreal lo atribuyó a “una falla humana”, y a diferencia de otras graves fallas humanas cometidas por colaboradores cercanos del Gobernador, aquí sí le costó el puesto al Director Justino Rocha y a tres colaboradores suyos.
La oportunidad de sacar jugo político de estas lamentables circunstancias no podía perderse y en el Congreso local el tema se debatió, reclamando el PAN la comparecencia del Secretario de Salud, al mismo tiempo que exigieron al Gobernador Rodrigo Medina incrementar su presupuesto.
Sin embargo, todos estos actores muestran el cobre de su hipocresía al rehuir atacar el problema a fondo. Cuando el PAN habla de incrementar el presupuesto, puede apostarse a que lo mismo le da un extra de 20 que de 50 millones de pesos; los medios capitalistas de difusión que explotan el caso de “Ricardito”, pronto olvidarán el tema por otro que les atraiga ventas. Para los enfermos del Metropolitano, en cambio, cada día seguirá siendo un infierno por la falta de personal, la falta de medicamentos, las fallas de la infraestructura y, a pesar de todo ésto, por no poderse atender ahí y tener que acudir al Universitario.
Y es que al Hospital Metropolitano le faltan los medios para atender los principales problemas que arrebatan la vida de los nuevoleoneses, en este caso, de los que no tienen ni seguridad social ni recursos económicos para salvar sus vidas en caso de urgencia. El infarto al miocardio, los eventos cerebrovasculares, los traumatismos craneoencefálicos, los frecuentes accidentes de todo tipo, requieren servicios como las salas de Hemodinamia, Neurocirugía y Cirugía Plástica de los que carece crónicamente este hospital; la diabetes y la hipertensión cada vez más frecuentes, suelen conducir a la insuficiencia renal pero tampoco hay sala de Hemodiálisis; tampoco se cuenta con auxiliares del diagnóstico indispensables como el equipo de Resonancia Magnética.
Con todo lo grave que es el secuestro de un niño robado de una sala del hospital, lo que aquí está ocurriendo es el ocultamiento de la tragedia que viven diariamente decenas de personas pobres, cuyos enfermos no pueden atenderse en este hospital por carecer de esos servicios prioritarios.
Con todas sus deficiencias, el IMSS tiene cinco Hospitales de Zona y tres de altas especialidades en el área metropolitana para atender los casos que requieren internamiento; la otra mitad de la población que carece de seguro y de recursos solo dispone del Materno Infantil y del Metropolitano; si requiere los servicios que el Metro no dispone, tiene que acudir al Universitario con su póliza del Seguro Popular en la mano, solo para enterarse de que el padecimiento catastrófico que sufre su familiar muy probablemente no entra en el catálogo de enfermedades contempladas por el inseguro Seguro Popular.
El caso de “Ricardito” pretende aliviarlo el Gobernador con la renuncia de cuatro funcionarios; para evidenciarlo sobran las denuncias demagógicas de sus opositores y de los medios. Los casos de las y los pacientes anónimos que todos los días mueren o se agravan pudiendo rescatarse, yacen ignorados, porque su solución exige la urgente y necesaria inyección de recursos que todos aquéllos le regatean al pueblo.