lunes, 10 de enero de 2011

Adiós amigo, compañero, padre


Fue uno de esos hombres forjados por la propia naturaleza para sobrevivir a las asperezas y carencias que, en lugar de los anhelados manantiales, brotan ingratas en las yermas tierras zacatecanas. Pasó la frontera, donde sufrió con muchos otros emigrantes el baño de humillación con garrapaticidas gringos. Todavía faltaba el latrocinio gubernamental mexicano, que en el colmo, saqueó los fondos generados por los braceros a quienes por hambre obligó a buscar el pan en el extranjero.
Ni lo avaro de la naturaleza, ni los mezquinos patrones yankis, ni el cínico despojo por parte del gobierno mexicano, pudieron mellar el ánimo y la avidez de justicia de don Juan Montoya Esquivel. Al contrario, su espíritu creció y templó su carácter ante las adversidades.
Don Juanito tomó diferentes responsabilidades dentro de la lucha de Tierra y Libertad, sirviendo con lealtad y honradez a la comunidad en cada representación que le confió. En la violenta y sectaria lucha que impuso a la comunidad el ahora Senador millonario Alberto Anaya para tratar de impedir la regularización de la tierra y los servicios, don Juan Montoya jamás titubeó y se mantuvo firme del lado de lo justo y lo correcto.
Don Juanito fue elegido Secretario General de la Asociación Civil “Tierra y Libertad”, consolidando el trabajo y la organización democrática de esta Asociación. Supo mantenerse activo, siempre solidario y en primera fila en las luchas de la Asociación. Su preocupación por lograr el regreso de la Radio comunitaria fue una de tantas luchas en las que reclamó, como siempre, una posición de vanguardia. En sus últimos años, apoyado en su andadera o en una silla de ruedas, su figura entrañable era un ejemplo de lucha y un estímulo para todos sus compañeros.
Con sus mas de 80 años, conservaba una voz vigorosa y su espíritu vehemente. Habló a nombre del Club de Ancianos Pobres en la visita del Subcomandante Marcos a Tierra y Libertad y recibió simbólicamente a la comisión de San Salvador Atenco que luchaba por sacar a sus compañeros de las mazmorras del mal gobierno. Supo honrar el pensamiento que gustaba repetir, desde que muy joven lo guardó en su memoria:
“No es hombre el que luchar no sabe
pues como nació para luchar el hombre
nació para volar el ave”

Don Juan Montoya Esquivel nos dejó físicamente el 7 de enero de 2011. Su ejemplo, su entusiasmo, su espíritu solidario, seguirán enre nosotros.

Foto: D. Juan Montoya recibe machete y paliacate de manos de compañeros de S.S. Atenco