viernes, 29 de enero de 2010

El pueblo y sólo el pueblo es la fuerza motriz que hace la historia

En el año 2010 confluye la conmemoración de tres hechos fundamentales para la historia de este país: el bicentenario del inicio de la guerra de independencia (1810), el sesquicentenario del triunfo liberal en la guerra de Reforma (1860) y el centenario del inicio de la Revolución Mexicana (1910).
Se trata de tres momentos relevantes cuyo conocimiento es indispensable para explicarnos el desarrollo de la lucha de clases en México hasta el momento actual, en que la burguesía nacional detenta el poder absoluto. El pueblo fue carne de cañón una y otra vez en esos grandes movimientos, para finalmente elevar sobre las pilas de muertos a sus enemigos de clase.
Cómo y porqué ocurrió esto y cómo y porqué puede y debe evitarse que el pueblo riegue estérilmente su sangre en las futuras luchas necesarias para erradicar la miseria y la desigualdad social, son enseñanzas que los mexicanos debemos extraer de aquellas luchas. Es la mejor manera de honrar a esas masas anónimas caídas por millones en esta lucha de siglos en todos los rincones del país, traicionadas en sus sueños y esperanzas de libertad, igualdad, justicia social con pan, salud, educación, techo y trabajo digno para todos en una sociedad sin explotados ni explotadores.
La burguesía nacional, chauvinista (patriotera), nos ha contado su versión de la historia desde las escuelas públicas, otra parte de la burguesía, con nostalgias aristocráticas, enseña su propia versión en los colegios confesionales. Pero la versión histórica desde el punto de vista de los oprimidos, de los explotados, de los vencidos hasta ahora, difícilmente la conocen los herederos de los que fueron a morir sin redención.
A eso invitamos desde aquí. A hacer un esfuerzo para conocer e interpretar desde una posición de clase la rica tradición de lucha del pueblo mexicano, asimilarla y utilizarla para transformar la sociedad actual.

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